Día I. Desesperación, decepción.

Quizás la desesperación solo sea una etapa que me toca vivir, o que las circunstancias han hecho que viva. Puede que sea una consecuencia de la decepción, de darse cuenta de las cosas cuando crees que es demasiado tarde. Pero no, esta vez no es tarde, ni mucho menos. Es justo a tiempo. Justo en el momento en el que más feliz tenía que ser, y ya se demuestra quién y cómo está ahí. Hoy, desde hace una semana me siento rara, fuera de lugar. Eso es, fuera de lugar es la expresión correcta. Estoy empezando a pensar qué hago y por qué estoy aquí. Es un sentimiento raro, repito, es como sentir que sobras de algún sitio y pensar que no es lo que podría ser, una actitud propia de una chica adolescente, sino que has escuchado tú, tú misma, una frase que si no la hubieses escuchado no habrías hecho esto para desahogarte. Esa frase, se repite una y otra vez en mi cabeza sin quererlo. Lo peor de todo es que vino de una persona que suponía estaba ahí. Nunca antes había pensado lo mal que se puede sentir alguien cuando está de esta forma. Ahora lo vivo. Espero que dure poco tiempo. O quizás para siempre, pero de lo que estoy segura es que no me afectará de la misma forma que lo hizo ayer. Una y no más.


"Sonreír no siempre significa que se es feliz, a veces simplemente significa... que somos personas fuertes"